El precio por hora. ¿Nos convence?

El precio por hora, todos tenemos uno.

Como diseñador freelance uno de las primeras dificultadas con las que me he encontrado ha sido establecer mi propia lista de precios. Dudaba si era mejor tener paquetes de precios fijos y añadir algún cambio dependiendo del proyecto o si darle a cada proyecto que me llegase un precio personalizado. Me preguntaba por el contrario si lo más lógico era establecer un precio por hora de mis servicios.
Cuando intentaba estipular un precio por hora llegaron a mí un sinfín de páginas como ésta en las que puedes hacerte una idea de cuánto necesitas facturar para poder pagar tus gastos fijos y ganar algo de dinero como cualquier ser humano. Me preguntaba por qué sería tan complicado estipular un precio/hora con el que estar conforme y que no me diese vergüenza decir a mis clientes. De repente me vi intentando justificarme a mí mismo el porqué de ese precio. Como si fuese a cometer un crimen, me ponía nervioso con cada email en el que hablaba de mis tarifas. Me sentía mal, como si pedir dinero a cambio de trabajo fuese algo horrible, que me hacía mala persona, o peor, mal profesional.

Está claro que la experiencia, los gastos, nuestra destreza… todo marcará nuestro precio final, pero no debemos nunca sentir que nos están pagando menos de lo que merecemos, ni sentirnos mal con lo que pedimos. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar el precio por hora de las personas que nos dan los servicios que utilizamos a diario? ¿Cuál es el precio por hora de un taxista? ¿Cuál es el precio por hora de un peluquero? Pensemos, ¿cuál es el precio por hora de una persona que se dedica a la limpieza del hogar? ¿Acaso un diseñador debe sentirse mal por cobrar sus servicios?

No nos duele pensar que un peluquero nos cobra una media de 12€ por un corte (en mi caso de caballero) que dura apenas 20 minutos. Eso son 36€ por hora de trabajo. Esto es el precio por hora medio de un diseñador freelance con más de 3 años de experiencia (y de los baratos). El precio medio por hora de uso de un taxi son 23,5€ en la comunidad de Madrid. Un psicólogo puede cobrarte 60€ por consulta de 55 minutos… Sin embargo, en todos estos casos aceptamos el precio tranquilamente porque estamos intercambiando un dinero por un servicio. Y es que ¿eso no ocurre con el diseño? ¿Por qué tengo mensajes en los que se me pide que intente ajustar el precio? ¿Acaso al señor peluquero le dices que te haga el corte y en función del resultado habláis del precio? Todos entendemos por qué cada cosa tiene su precio. Entendemos que hay que pagar salarios, impuestos, locales, productos… En diseño pasa exactamente igual. Así que, si alguna vez te has encontrado ante la duda de si tu precio por hora es elevado o justo para los clientes, o si te han hecho sentir mal por ello, piensa en el servicio que ofreces y defiéndelo. Si no lo haces tú, ¿quién lo hará?

En fin, sé que el tema da para mucho, y que no hablo de nada nuevo para los que intentamos salir adelante de manera independiente, pero es importante valorarnos y ponernos en la posición que merecemos. No más arriba, pero tampoco más abajo. El diseño tiene un valor y de nosotros depende dárselo.